Tambores Bata y el Toque de Santo.
Las ceremonias de mayor participación que se efectúan en los ilé-ocha de santería son los llamados «toque de santos».
En ellas puede haber distintas funciones -de iniciación, de presentación al tambor, de cumpleaños, de funeral o del día del santo católico-.
Las más sacralizadas son las que se realizan con el tambor batá, que tiene Añá, deidad que vive dentro del mayor de los tres tambores, el iyá.

Hay otras fiestas para «divertirse» con los santos que son los toques de güiro (abwe o chekeré).
Los tambores batá son de dos parches, en forma de reloj de arena, que se percuten con ambas manos por los dos parches.

El conjunto además lleva una hoja de azada percutida con una varilla de hierro y un atcheré o sonaja, como atributo del santo al que se le toca.
El mayor de los batá es el iyá, al que se le pone un cinturón de cascabeles y campanas por la boca más ancha, y en ésta se le pone una sustancia resinosa (faddela) que neutraliza el sonido.
Le sigue en tamaño el itótele, y el tercero, más pequeño, el okónkolo.
Estos tambores deben ser ejecutados por hombres (olú-batá) que conocen profundamente los toques para cada santo y sus variaciones, pues se interrelacionan unos con otros en una compleja polirritmia para expresar la comunicación con la deidad.
La fabricación del tambor, además de ser muy complicada, pues se talla y vacía a mano, también requiere de una serie de ceremonias mientras se realiza, y debe ser un iniciado en estas artes y no otro el que lo haga.
Para consagrar el tambor ya terminado se hará la «presentación» ante el santo y santeros mayores.