Los sueños de la razón II

El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en el año 1478 por los Reyes Católicos. Su objetivo era mantener  la ortodoxia católica y estaba estrictamente bajo el control de la monarquía. Su abolición definitiva fue en el año 1834 durante el reinado de Isabel II. Fue un duro período para toda aquella expresión espiritual o mística que no estuviera dentro de los preceptos católicos. Sin embargo, a los videntes a través de los sueños nunca nadie los persiguió. La razón no estaba escrita, pero se cree que inclusos miembros de la realeza poseían tal don.

La opresión del catolicismo aún tiene reminiscencias en la sociedad española. El mundo espírita, la cartomancia y otras expresiones religiosas han tenido que labrar un arduo y silencioso camino en esta región de la vieja Europa para llegar a los corazones de su gente. Incluso hoy el espectador común se topa con una de las obras que conforma la serie Caprichos y no puede escapar a la duda del efecto de estas imágenes ante los ojos de la moralidad mediterránea.

Los sueños del genio

Los sueños, y las revelaciones místicas a través de éstos, fueron la única expresión del Misterio que no fue perseguida por la Inquisición. Quizás por la propia presencia que tiene este aspecto en las escrituras sagradas de la iglesia católica. De manera que no deja de parecerme curioso el uso que Goya hizo en su momento de su proyección astral.

Proyección astral se le denomina a la toma de conciencia fuera del plano físico. Cuando dormimos todos tenemos la capacidad de viajar al plano astral, pero no todos somos conscientes de estar en él y por tanto no todos somos capaces de dar un rumbo, o interpretación posterior, a nuestros sueños.

A pesar de lo que pueda parecer a priori, este no es un asunto de interés exclusivo de los místicos. Hay científicos de diferentes ramas de las ciencias que están interesados en este tipo de experiencias psíquicas justamente por la posibilidad que abre de interpretación de la realidad haciendo uso del lenguaje simbólico.

En esta serie de grabados Goya abre un camino de cuestionamiento multidireccional. Si nos aferramos a la razón sólo veremos monstruos. Si en cambio, apartamos la visión reduccionista, descubriremos con risas la esencia del viaje astral de un genio artista, el sueño liberador.

Francisco de Goya dedicó su vida y obra a la búsqueda de la libertad en el estudio de la pintura. Se dice que llegó a definir este arte como una “sagrada ciencia”.  La sociedad en que vivió y el movimiento neoclásico esperaban de él que utilizara la razón para coartar la fantasía. Él en su lugar utilizó el argumento fantástico de su universo onírico para contar su verdad.

 

Giges Autor

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