Stephen Hawking

La ciencia y los milagros

La maravilla de los milagros

Podemos ser ateos y creer en milagros. ¿De que otra manera llamariamos a determinados sucesos que la ciencia no puede explicarnos?

Es ciertamente milagroso, que alguien viva de manera normal después de sufrir un accidente vascular encefálico de gran magnitud. O cuando se le ha diagnosticado con leucemia aguda. También si ha salido de entre las llamas de un edificio cargando a un niño en brazo para salvarle la vida y solo presenta seis o siete quemaduras en todo el cuerpo. Y que tal si sobrevives a una travesía transoceánica de mas de 20 días a base solo de agua y algunas frutas.

Cada suceso de estos precisamente por inexplicables en el terreno de las ciencias nos reafirman en la fe y en nuestra creencia en los milagros. La maravilla de esos milagros esta en que sus protagonistas siguen con vida. En muchos de estos testimonios para los cuales los científicos no encuentran ninguna explicación, la persona después de haber orado pidiendo la intervención divina, ha sido bendecida y se le ha concedido su deseo, esquivando a la muerte.

Relación entre los milagros y la ciencia.

¿Qué es un milagro? Muy lejos de lo que muchos pudieran pensar la relación entre ciencia y milagro es mas que estrecha. Es una cuestión de definición. Para que un hecho sea considerado como milagro debe no poder ser explicado por la ciencia. Apoyaremos esta idea con tres ejemplos concretos.

A principios del año 2010 un soldado norteamericano de nombre Isaías Hernández sufrió lesiones graves en una pierna tras la explosión de un mortero. Antes de someterlo a una amputación se le trató de manera experimental inyectándole hormonas de crecimiento de vesícula de cerdo. Con lo cual se logró reconstruir y regenerar la pierna y gracias a ello volvió a caminar.

El negocio, «Tienda mitad hombre, mitad precio» fue ideado por Peng Shuilín tras haber perdido sus piernas, genitales y parte de su cadera en un accidente de tránsito. Esto podría considerarse como un milagro y ejemplo del emprendimiento humano.

Un niño venezolano llamado Curtis Francis se tragó unas tijeras. En el hospital se le anestesió para poder extraerserlas. Tras lo cual se comprobó que no le habían afectado órgano alguno. Debemos prestar especial atención simpre a los pequeños. Este caso es una muestra de que la curiosidad es tan vital como peligrosa.

Como se ha podido apreciar, allí donde la ciencia termina es donde comienza el milagro.

Tatico Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *