Hoy en día la mayoría somos grafiteros.
Actualmente casi todos somos grafiteros. Puesto que casi todos usamos facebook y eso significa que dejamos nuestra marca sobre un muro. Generalmente el propio; atrevidamente, el de cómplices amigos.
Presionando teclas una y otra vez hasta terminar de esculpir nuestra idea sobre la pared digital. Lo hacemos sin el más mínimo miedo de ser descubiertos en el acto.
Antes no era así, cuando los autores de grafitis eran solamente aquellos capaces de envalentonarse lo suficiente para cometer dicho crimen. Agazapados en la oscuridad de la noche, esperando el sublime momento de arremeter contra ese espacio virgen aun y mancharlo para siempre con alguna genialidad o desfachatez.
¿Cuántas ideas no habrán quedado en los tinteros sin encontrar el ánimo adecuado para ser develadas?
¿Y si los genios de la historia hubiesen tenido Facebook?
Imaginemos por un momento a William Shakespeare escribiendo en su muro. O a Miguel de Cervantes, Alexandre Dumas, Fiódor Dostoyevski. ¿Como sería pertenecer a una comunidad o grupo junto a los grandes de la literatura universal?
Y que tal con los dibujantes, pintores…Los exponentes de las diferentes artes.
Ya nos gustaría seguir a Walt Disney, pertenecer a su grupo o comunidad para disfrutar con cada nueva publicación sobre su ratón preferido. La lluvia de «me gusta» y «compartir» que se le vendría encima.
Buen tema para un libro que mezcle historia, ficción, tecnología, Internet y las redes sociales de hoy en día. ¿Hubiesen ocurrido las guerras mundiales?
O a lo mejor se hubieran diluido muchas buenas ideas por andar ahí «viciado» siguiendo las publicaciones de los muros de otros. ¿Quién sabe?
En consecuencia, podemos leer de lo que sea en estas vallas.
Mucha cursilería, chistes, frases y citas de la historia, amenazas, consejos, declaraciones tanto de amor como de guerra y un largo etcétera.
Escribes, lo editas; o no, publicas. No hay vuelta atrás.
Bienvenido a la comunidad universal de grafiteros. Ya eres uno de los nuestros.
